jueves, 20 de marzo de 2014

¡Mi abuelo es un beatle! Capitulo 10 FINAL

Escuchó que, en un ruido infernal de chapas y cosas que caían, llegaba el auto de su madre, con su madre arriba, claro.  Bajó corriendo, su madre ya empujaba la puerta cargada con bolsas de supermercado.
-¡Mamá, mamá!
No hubo respuesta, la mujer sólo sacaba las cosas de las bolsas y maldecía por su precio.
-¡Caster!
-¡Ay, que no me llames por mi nombre!
-¡Es que parece que no me escuchas!
-¿Cómo no escuchar tu voz chillona? ¿Qué quieres?
-¿Tú sabías de esto? –levantó el cuaderno-diario de su abuela.
-¿Y qué diablos es eso? –se lo arrancó de las manos y lo miró-¿De dónde lo sacaste?
-Del baúl grande, el verde ese.
-¿Y cómo conseguiste la llave?
-¡Eso no importa ahora! ¡Lee!
-Ay cómo me tienes con tus cosas…A ver…
Comenzó a leer, primero con indiferencia, después maldiciendo. Al último, ya no tenía otra expresión más que asombro.
-Me engañó. Me engañó toda la vida. ¡Odio a mi madre! De hecho, la mataría si ella no me hubiera ganado muriéndose antes.
-¡Mamá! Lo ha hecho para que nunca supieras qué clase de porquería tenías como padre.
-Ok, pero me engañó.
-Bueno…sí.
-No entiendo porqué todo ese cuento de los Beatles, ¡podría haber inventado otros padres y ya! ¿Por qué ellos?
-Quizás pensaba que así te sentirías bien, y que si un día los buscabas, ellos te aceptarían, cosa que el tal Pick parece que no haría.
-Pero nunca los busqué, fuiste tú. ¿Ves? Hubieras dejado todo como estaba.
-Mamá…
-Bueno, ahora lo hecho, hecho está. ¿Cómo seguimos?
-Buscaré a Pick.
-¡No! Hazle caso a la vieja, sino la mentira que sostuvo toda no tendrá sentido. El Pick te echaría y probablemente no tenga dinero, ¿para qué lo queremos?
-Deja de pensar en el dinero.
-De algo o de alguien hay que vivir. Ay Midori, has lo que te plazca, pero no me vengas con llantos. A menos que Pick sea rico. Ahí le dices que estuve buscándolo toda la vida.
Sin ganas, sonrió, y su madre también. Subió al ático y para su sorpresa, Caster la siguió.
-Déjame ver si hay algo más. –dijo revolviendo el fondo del baúl-Sé que hay más cosas de tu abuela, pero están tapadas con la basura que dejó tu padre. Ayúdame.
Juntas levantaron cajas, bolsas, y una nube de polvo.
-Vaya, vaya, no sabía de estas herramientas de tu padre.
-Parecen importadas.
-Las venderé.
Continuaron buscando, pero no había más que cosas en desuso.
-¿Cómo decía que se llamaba? –preguntó Caster.
-John Perkins.
-Lo buscaré en la guía telefónica.
Midori se sorprendió, era la primera vez que veía a su madre entusiasmada con algo.
-Supongamos que Pick no tenga nada que ver, y tu padre sea Paul o Ringo, ¿qué harás?
-Nada.
-Pero ellos sí tienen dinero.
-No lo quiero. Me gustan los Rolling. ¡Ay Doris, ¿por qué no te acostaste con Mick Jagger?!
El teléfono de Midori comenzó a sonar descontrolado, lo miró.
-Ay…otra vez Jeremy.
-Dámelo, le haré saber que no tengo interés en ser su suegra.
Midori le lanzó el teléfono desde la otra punta del ático y Caster lo tomó en el aire y lo atendió.
-¡Idiota, deja de molestar a mi hija o te mando a la policía acusándote de sicario y contrabandista!
Cortó y dejó el teléfono en el suelo.
-Santo remedio.
-Gracias mamá.
-De nada. Ahora, como contraprestación, aguantarás escuchar Satisfaction y traerás la guía telefónica.

****************
Dos horas seguidas de escuchar la misma canción, tiradas en el suelo, mientras Caster llamaba uno por uno al centenar de Perkins que aparecía en la guía.
-¿Podría…?
-No muevas tus dedos, Midori Watts y deja a sus majestades satánicas en paz. Esa canción me da bríos, ¿no ves que nadie conoce al maldito John Perkins que buscamos? Necesito ánimos.
-Hasta ahora, lo más aproximado es el que tenía taller de motos en Minnesota…
-Cuak cuak cuak.
-Nunca entenderé cómo este pato se mete en todos los sitios. Y cómo todavía no me lo comí.
-¡Mamá!
-Está gordo…
-Mamá…
-Ay bueno…Oye Midori, hablando en serio, será mejor que dejemos esto, espera el resultado del ADN, quizás Pick no tenga nada que ver y…¿sabes? Iré contigo a ver esos resultados. Esto de “Descubra al padre perdido” me está gustando.
***********
Quince días habían pasado. Quince tortuosos días en los que la comunicación entre ellos había sido fluida, quizás para compartir nervios. Midori hablaba largo y tendido con Paul por teléfono y con Ringo por Twitter o Whatsapp. Ellos se mostraban entusiasmados por conocer a la supuesta hija que tenían. Caster, por su parte, sólo pensaba en todo lo que se compraría ni bien pisara Londres.
Lo malo era que Midori aún no se había animado a hablarles del tal Pick porque no sabía cómo hacerlo.
-Ahí llegó el auto que mandaron. –informó Caster mirando desde la ventana del hotel.
-Genial, bajemos. Estoy nerviosa.
-Midori, sea lo que sea, no puedes cambiar nada, y ¿sabes qué es lo mejor, o quizás también lo peor? Que la culpa de todo este enriedo no es tuya. Así que déjalo ser, como dice tu posible abuelo McCartney.
-No sabía que conocieras eso.
-Ey, tan ignorante no soy.
Bajaron  apuradas y subieron al auto, cuyo chofer, sin mediar palabra, las llevó hasta el laboratorio. Ya anochecía, otra vez serían el último turno para evitar cruzarse con gente.
-Ya han llegado. –dijo Midori al entrar al edificio.
Paul y Ringo, bastante camuflados, se acercaron a ellas.
-Hola.-saludó Midori.-¿Qué tal están?
-Bien, bien –respondió Paul, sin despegar la vista de Caster.-¿Ella es…?
-Sí, sí, soy Caster.
-Un gusto conocerte. –sonrió Ringo.
-Emmm…yo me voy a comprar por ahí.
-Pero mamá…
-Odio las salas de espera. No se preocupen, volveré sola al hotel, ya estudié el camino. Y tú, diles lo que tienes que decirles. ¡Adiós!
En menos de un pestañeo, Caster desapareció.
-Discúlpenla, todo esto no le hace mucha gracia y es claro que está nerviosa y avergonzada. Siempre se comporta así cuando se siente de esa manera.  Igual, aún no entiendo porqué quiso venir.
-No te preocupes. Dijo que hay algo que tienes que decir.
-Ahh sí Paul. Bueno…Estuve buscando entre las cosas de mi abuela, cosas que ni sabía que tenía y encontré unos escritos. Y…allí dice que…que…
-¿Qué?
-Que hay otro posible abuelo.
Se hizo un silencio, que interrumpió la médica asomándose por la puerta.
-Buenas noches…
-Un momento. –dijo Ringo.
-¿Otro? ¿Pero con cuántos anduvo?
-James Paul McCartney cierra la boca antes de hablar de mi abuela.
-Pero es que…
-¡Shh! A ver, no es nada seguro, pero es una tercera posibilidad.
-Ehh…ya pueden pasar. –sonrió la médica.
************
El doctor parecía no dar más de orgullo y “cholulez” al ver a Ringo y Paul juntos, sentados frente a él. Ellos sólo carraspeaban y se miraban de reojo. La médica hacía esfuerzos para que el doctor dejara su estado y se enfocara en lo que tenía que hacer.
-Ehh…
-Bueno, ¿y? –preguntó Ringo, ansioso.
-¿Y qué? Ah sí, cierto, vinieron por los resultados. ¿Antes pueden firmar aquí? –les extendió dos hojas de papel. Las tomaron y miraron dónde tenían que firmar.
-Para el Doctor Daniels. –sonrió.
-¿Qué? ¿Son unos jodidos autógrafos?
-Midori, tu forma de hablar, cuídala…
-¡Pero Paul!
-Déjalo, estamos acostumbrados.
-Ringo dijiste que nunca más firmarías autógrafos, ¿y cambias de idea justo hoy? Oiga doctor Daniels, o quizás sea Jack Daniels porque seguro que está borracho, ¡deje de pedir y haga su trabajo!
El médico seguía embobado mirando sus autógrafos y las paredes donde los colgaría junto a sus diplomas. Con la misma sonrisa tonta los dejó sobre el escritorio y tomó dos sobres.
-Bien, pasaré a leer. Este sobre contiene la comparación de ADN entre la señorita Watts y el señor Starkey. Veamos qué dice: “La comparación de ADN entre la señorita Midori Watts y el señor Richard Starkey ha arrojado como resultado…”
-Doctor.
Le médica, nerviosa, interrumpió.
-¿Qué? –la miró molesto, al igual que el resto de los presentes.
-Es que...yo también quisiera…un autógrafo.
Suspiraron resignados y extendieron sus manos en busca de los papeles que la mujer les entregaba.
-¡Oiga, esto no es serio! ¡Se supone que son médicos!
La mujer, ignorándola, le sonrió a Paul y le entregó un papelito más pequeño, en el que Midori alcanzó a ver un número de teléfono.
-Ay Dios…
-Bien, continúo.-dijo el médico-La comparación de ADN entre la señorita Midori Watt y el señor Richard Starkey ha arrojado como resultado una relación igual a 0%.
-¿Eh?
-En palabras simples: no son nada. Ni siquiera vecinos.
El semblante de los tres no cambió, porque no reflejaba absolutamente nada.
-Y ahora el otro sobre. Veamos…La comparación de ADN entre la señorita Midori Watts y el señor James Paul McCartney ha arrojado como resultado una relación igual a…0%. Bueno, los felicito, no tienen nieta-sorpresa.
****************
El sector de juegos del centro comercial rebosaba de gente, pese al frío cruel de la noche. Todos iban y venían, alegres, tristes, enojados, frustrados, eufóricos, en fin, demostrando algo, algo de lo que al parecer, habían sido privados los tres de un golpe.
Sentados en un banco, muy apretaditos, frente al carrusel, tomaban un helado, sin pestañear.
-Entonces…-comenzó a decir Ringo, pero no continuó.
-No somos nada.
-Ay Paul, no digas así, no estamos en un velorio.
-Entonces es Pick.
-¿Quién? –preguntaron los dos.
-Pick. El que nombra mi abuela en su diario. John Perkins.
-¿John? Joder, ¿no será el John que todos pensamos?
-¡RINGO!
-Bueno…nunca se sabe.
-No sé qué pensar…Creo que mi madre tiene razón, Doris nos engañó a todos. Perdónenme por esto.
-No hay nada que perdonar. Por lo menos ya sabemos la verdad. –dijo Paul.
-¿Conoces  a Pick?
-No, ya buscamos en la guía telefónica y hay muchos, pero parece que ninguno es. Lo único que sé es que tenía una moto.
-Lo encontrarás. Pagaré detectives.
-No Paul, no puedo aceptar.
-¿Por qué? Quiero ayudarte. No serás mi nieta, pero me caes bien, no quiero que te quedes con la duda después de haber buscado tanto.
-Coincido. Yo también pondré detectives. En poco tiempo tendrás noticias.
***************
Giuseppe iba y venía por la cocina, pidiendo comida. Caster dejaba caer algo, sin mirarlo, pero Midori lo tenía vigilado, y su actitud le extrañaba. El pato agarraba la comida, corría aleteando hacia el jardín, y con más rapidez volvía a pedir. Era raro,  era un tragón que desaparecía la comida incluso antes de que se la dieran, y ahora la cambiaba de lugar.
-Tú estás raro. –le dijo al fin. El pato siguió con la misma actitud, hasta que ella dejó de comer para seguirlo. En la puerta del jardín, encontró la comida, amontonada. -¿Qué te pasa, pato? Nunca hiciste esto.
Giuseppe tomó algo de comida, caminó por el jardín, y se metió en uno de los graneros. Asustada, Midori lo siguió despacio, temía que su pato estuviera volviéndose viejo y con problemas. Giuseppe se metió bajo un tractor y allí se escuchó un revuelo. Midori se agachó.
-¿Qué? ¿Y esto? ¿Tienes una familia? –bajo el tractor había un nido, en él una pata, junto a ella, cuatro patitos, y Giuseppe, mirándola podría decirse que con orgullo de padre. Jamás había viso a esa pata, es más, el único ser patuno en su casa era Giuseppe. Seguramente, era de algún vecino.
-Así que por esto juntas comida, ¿eh?
-¡Midori! ¡Teléfono para ti! –oyó a Caster gritar.
-Volveré para que hablemos de esto, señores patos.
Corrió hasta la cocina y atendió.
-Midori soy Ringo.
-Hola abue…digo Ringo.-respondió con tristeza-¿Qué hay?
-Hay buenas noticias. Los detectives encontraron a Pick pero…mira, será mejor que vengas y hablemos.
-¡Pero no puedo! Ahora tengo que ocuparme de verlo, sólo dime dónde vive, iré a buscarlo.
-Es que no…Midori, siento decirte esto pero…Pick está muerto. Murió hace casi diez años.
*************
Pese a que aquella semana había sido gris y lluviosa, ese día el sol brillaba y apenas corría una leve brisa. Como era día jueves, el cementerio de Darlington estaba desierto.
-No pienso bajarme de este auto, odio los cementerios. –Caster se cruzó de brazos.
-¿Y entonces para qué viniste hasta aquí? –preguntó Paul-Creo que estás un poco caprichosa.
-¡Tú no eres mi padre! Por suerte.
-Lo mismo digo, por suerte.
-Ay, entremos de una vez, quiero estirar las piernas.
-Opino lo mismo que Midori, caminemos aunque sea por un cementerio, pero caminemos. –agregó Ringo.
Paul cerró la puerta del coche, dejando a Caster sola escuchando la radio.
-¿De verdad te quedarás ahí? No es bueno para una mujer estar sola en un cementerio.
-No me das miedo McCartney.
Paul rió, caminó hacia el portal del cementerio y, cuando se aseguró que Caster no lo veía, se acercó nuevamente al auto.
-¡BUUUUUU!
-¡AAAAAAAAAHHHHHHH!
-¿Qué te dije?
Caster bajó la ventanilla.
-¡Te odio! –y volvió a subirla.


Entraron caminando lentamente, mirando aquellas construcciones fastuosas que se solían hacer en otras épocas.
-Bonita visita, a un cementerio. –comentó Ringo.
-Dicen que hay que ser innovador. –rió Midori.
Tanto Ringo como Paul sacaron de sus bolsillos unos sobres marrones, que contenían las informaciones que habían juntado sus detectives.
-John Perkins. –leyó Paul-Nacido el 7 de marzo de 1940, en Londres, su madre al parecer era ama de casa y su padre carpintero desertor de la guerra. Nunca terminó la escuela, le gustaban las motocicletas.
-Por lo que dice aquí –continuó Ringo-se dedicaba a eso, a comprar, arreglar, y vender motos. Tuvo talleres en Londres, trabajó en uno de Edimbugo por muchos años, y en el ‘68 se fue a Minnesota.
-Ah, era el de Minnesota al final…
-Allí trabajó en una gasolinera, tuvo otro taller, y en el ’80 se mudó aquí. Y hasta aquí llegaron, ¿qué mas tienes, Rich?
-Que se jubiló, pero no se sabe de qué, y que nunca se casó ni tuvo hijos, al menos reconocidos. Hay un hermano que nunca lo quiso, ese dio las informaciones y le tomaron una muestra de sangre. La compararon con la tuya y sí, son familiares.
-¿Todo eso han averiguado en tres meses?
-Se podría haber hecho más, si existieran más datos. Este tipo ha sido un fantasma.
-Ah, tu tío abuelo quiere conocerte.
-Ya veré cuándo lo hago…
-Ey, ¿es ésta? –Paul señaló una tumba-Decía fila 320, y es ésta.
Midori se acercó, y leyó.
-John Perkins…Bien, hola abuelo.
Se quedaron en silencio, mirando el lugar, bastante abandonado y con césped crecido. Luego de unos minutos de contemplación, Midori habló.
-Esto es muy aburrido, vamos.
-¿Segura?
-Sí Paul. Ya logré lo que quería, conocer a mi abuelo.
-Mira, sé que éste es tu verdadero abuelo pero…Creo que no te merece. Míralo, está muerto.
-Qué novedad. –rió Ringo.
-Está muerto y nunca se enteró de ti, ni de tu madre, a Doris la abandonó…No te merece.
-Es verdad, eres demasiada nieta para…para una tumba.
-Bueno, no hay mucho que pueda hacer. Son las cosas de la vida.
-Son las cosas de la vida, son las cosas del querer, no tiene fin ni…
-Ay Paul, no cantes flamenco ahora.
-No pude evitarlo, cada vez que dicen que son cosas de la vida tengo que cantar eso.
-¡Pero estábamos diciendo algo muy serio!
-¡Ya lo sé! ¿Pero es que acaso no se puede cantar?
-¡No!
-¡Pero yo sí quiero!
Midori largó una carcajada, que hizo que interrumpieran aquella discusión.
-Oye no te rías, estás en un cementerio.
-Uy, Ringo se puso autoritario, qué miedo.
-No te burles pequeña, ¿sabes quién dejó primero a los Beatles?
-Ay Ringo no vengas con eso.
-¡Pero es que…!
Otra carcajada los interrumpió.
-Sigan, son muy chistosos cuando discuten.
-Bien, vamos a lo importante y dejemos las peleas sin sentido. –suspiró Paul-Veamos, Pick es tu abuelo pero no lo supo, no lo sabe, y no lo sabrá. Y como técnicamente te quedas sin abuelo otra vez, te adoptamos.
-¿Eh? No estoy entendiendo.
-Que puedes ser nuestra nieta, de los dos a la vez. Vamos, ya lo venías siendo, ¿o no? Bueno, sigamos. Me presento, soy tu abuelo Paul McCartney.
-Y yo tu abuelo Ringo Starr. ¿Qué tal? Tienes dos abuelos beatles, serás la envidia en tu escuela.
-Ustedes están locos, ¿lo sabían? ¿Qué pretenden? ¿Anotar a mi madre con sus dos apellidos y agregarme los suyos a mi apellido también?
-No, no haremos eso porque tu madre no querrá. Pero si necesitas ayuda, aquí estaremos. Serás de la familia de ambos. Ey, no es tan mala idea, si yo fuera tú, no me lo pensaría mucho.
-Sobre todo porque quisieras ser chica.
-¡Ringo!
Otra vez Midori se echó a reír.
-Bueno…La verdad es que no hay mucho que pensar. Muchas gracias, no esperaba algo así. Ya saben, yo…los quiero.
-Ay, mira si no es tierna.
-Vengan abuelitos –les dio un beso en la mejilla a cada uno-Gracias por todo, y por aguantar mi aparición tan repentina. Siento si les traje inconvenientes.
-Para nada. Hiciste cosas buenas, ahora tengo un pato.
-Y yo una contrincante para la Play.
-Bueno, vámonos ya, no son lindos los cementerios y el día está hermoso.
Tomó de un brazo a cada uno y caminaron silbando una canción cualquiera. Midori se dio vuelta, miró la tumba.
-Adiós Pick –dijo en silencio. Miró al cielo y sonrió –Gracias abuela Doris.
Miró a Paul y Ringo, que otra vez discutían por vaya a saberse qué, y volvió a reír, esta vez con más ganas que nunca.






***************
-¡Ringo, ¿puedes dejar un minuto ese teléfono?! ¡Me pones nervioso!
-Ya voy, ya voy, estoy haciendo algo importante…



FIN



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Hola!!! Bueno, este es el final. Quizás tengan ganas de matarme, no sé, si tiran cosas comestibles procuren tirarlas despacio, así las junto y me las como, que estoy en crisis...Hablando en serio, agradezco a los que han leído este desvarío y han aguantado la tardanza, de verdad les pido perdón por eso, y ojalá no se vuelva a repetir. Gracias a los que están leyendo desde el principio, y a los que se sumaron después, todos con mucha buena onda! Gracias gracias!
Bueno, sobre si seguiré escribiedo por aquí...creo que sí, no lo sé bien aún, de cualquier forma pueden seguir leyendo el otro fic que me queda...pobrecito, quedó huerfanito :( Pero quiero creer que seguiré teniendo tiempo y cabeza para desvariar y seguir escribiendo, así que quizás en un tiempo me vean publicando en este blog algún asesinato a la literatura, a sus ojos, y al buen gusto XD.
Antes de irme voy a hacer publicidad *comienzo de espacio publicitario* *musiquita* *voz de locutor* Hace pocos días empezó un nuevo fic mi amiga Cris (sí, ya saben, la única Cris que conocen, no se hagan los que no saben quién es) Ha regresado de las tinieblas para comenzar con Dakota, su nueva superproducción XD que pueden leer aquí-->http://dehistoriasybeatles.blogspot.com
Así que si tienen ganas de leer, y yo no publico, bueno, ahí tienen para entretenerse, pasarla bien, y reírse muuuuucho.
Y ahora me despido, agradeciendo y mandándoles besos voladores a todos!

María. 

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