Con una risita, arrojó despectivamente sobre la mesa, el
periódico que anunciaba en su tapa que “El asesino serial está preso”.
-Pobre diablo –fue todo lo que dijo antes de mirarse al
espejo y retocar su maquillaje.
Salió del departamento cerrando la puerta con sigilo,
mirando a todos lados. A veces se sentía paranoica, pensaba que todos la miraban,
que todos sabían su secreto, y que en cualquier momento su derrotero de sangre
culminaría tras las rejas. Sacudió la cabeza, como para alejar así a todos sus
malos pensamientos, y entró al ascensor. Allí se encontró con el dueño del
edificio.
-Buenas tardes señorita Leroux.
-Buenas tardes –respondió con apatía. Lo que menos quería
era ver a ese tipo, y menos hacer un viaje de 5 pisos junto a él.
-Señorita, le recuerdo que...
-Si, ya lo sé, le estoy debiendo la renta del mes pasado.
Pero ya le dije que me espere unos quince días, incluso le pagaré los dos meses
juntos.
-Eso espero –dijo el hombre, y ambos se quedaron callados,
hasta que se despidieron con un escueto “Adiós”, cuando llegaron a la planta baja
del edificio.
-¡George, basta de perfume! ¡Vas a una muestra de arte, no a
una discoteca! –John le arrebató el frasco, y George se quedó mirándolo, un
poco enojado.
-Quiero oler bien....
-Báñate. Y ahora vamos, se hace tarde.
Los dos salieron de la casa de George, quien conducía el
auto. Cuando llegaron a la galería, ambos se miraron en el espejo retrovisor,
para comprobar si estaban irreconocibles.
-Perfecto, bajemos –John abrió la portezuela y miró a todos
lados: ninguna de las personas que caminaba por la concurrida acera se fijó en
él.
Entraron, vieron que había mucha gente y pronto se mezclaron
en ella.
-Están buenos, ¿no? –dijo George mirando los cuadros.
-Si, es verdad. Ey, mira éste –John señaló uno, lleno de
colores.
-Me gusta. ¿De quién es? –George se agachó, para descifrar
la firma –Me....Meli....Mélisande no sé qué.
No entiendo el apellido.
-Me parece haberlo oído a ese nombre, aunque es raro.
En silencio, continuaron mirando y cuidándose de que nadie
los reconociera. De pronto, George vio como su amigo miraba a una chica, parada
en el extremo de la galería, que hablaba con un hombre mayor.
-¿Qué pasa John?
-Esa chica....-contestó apenas.
-¿Te gusta o qué?
-No, no es eso –respondió fastidiado -Esa chica es la que se
llama Mélisande.
-Ah, quiere decir que es quien pintó estos cuadros. Un momento,
¿cómo sabes que es ella?
-¿Recuerdas cuando mataron a la vieja esa, que yo acompañé a
Dobb?
-Si....
-¿Te dije que habíamos hablado con una chica algo rara y que
pareció reconocerme?
-No me digas que...¿es ella?
-Sí. Además tenía unos dibujos pegados en la puerta de su
departamento, quizás los pintó ella.
-¿Y con eso qué?
-Pues....nada. Será mejor que nos vayamos de aquí, antes de
que nos reconozca.
-Pero si nadie lo ha hecho y....
-La otra vez estaba vestido igual y ella, estoy segurísimo,
me reconoció.
-¿Cómo lo sabes?
-No lo sé, pero estoy seguro.
-Está bien, vámonos –de mala gana, George comenzó a caminar
–John, ¿has visto éste? –se detuvo a mirar otro cuadro.
-Vámonos Harrison –dijo por lo bajo, cuando una anciana se
les acercó.
-Verdad que es bonito ese cuadro, ¿no? –dijo con voz aguda
-Sí...me gusta ésto de aquí –George comenzó a hablar con la
mujer, y John no sabía si se lo hacía a propósito o si de verdad su amigo
quería hablar de arte.
Sólo miró hacia el lugar donde había visto a la chica, y aún
estaba allí, hablando con el mismo hombre. Se giró, dándole la espalda, para
que no llegara a mirarlo.
Mélisande escuchaba a su profesor, que le daba algunas recomendaciones
en cuanto al trato con la gente, algo que a ella no le apetecía en absoluto. En
medio de la explicación, vio a dos tipos un poco raros, pero que por alguna
extraña razón se le hacían conocidos. Uno de ellos hablaba con una mujer mayor,
que había visto el día que salió con Deppart. El otro tipo miraba hacia todos
lados. Por un momento pensó que serían ladrones que trataban de engatusar a la
mujer.
-¿Mélisande? ¿Me escuchas?
-Ah, si, si, perdón....
El profesor continuó con su parloteo, del cual Mélisande
había perdido el hilo. Simuló que lo escuchaba hasta que vio, de reojo, a uno
de los supuestos “ladrones” girarse y mirar hacia su lado. De inmediato lo
reconoció, antes de que él le diera la espalda, y por deducción supo quién era
el otro.
-Está bien, profesor, ya entendí –se apuró a decir, apara
que el profesor se fuera y así poder acercarse, con cualquier excusa, a los
dos.
-Aún falta aclararte otra cosa...-Mélisande no pudo reprimir
un gesto de impaciencia, parecía que el hombre se lo hacía a propósito.
Por su parte, George continuaba
conversando con la mujer. Al parecer, realmente le interesaba lo que decía,
pero a John no. Así que se distrajo mirado a las personas que entraban y salían
de la galería. Sólo puso atención cuando escuchó que la anciana ya no hablaba
de arte, sino de Deppart, ese pintor algo famoso que había sido muerto y cuyo
jodido asesino los había involucrado, otra vez, a ellos. Se acercó, para
escuchar mejor.
-Yo estaba aquí –dijo la mujer –y lo vi, era un hombre tan
simpático.....Estaba charlando con una chica, y luego se fue con ella. Y al
otro día salió en los periódicos que había sido asesinado. No podía creerlo,
¿quien puede asesinar a un hombre así?
-¿Y no sabe quién era la chica? –preguntó John, con
impaciencia.
-No joven, es que yo no veo bien, ya sabe, la edad.....-sonrió
–En fin, será mejor que me vaya, un gusto charlar con jovencitos tan educados. Adiós.
-Adiós abuela....-respondieron al unísono, mientras la
anciana se alejaba ayudada por su bastón.
-Vaya clase de arte me dio, sabe mucho....
-¡George reacciona! ¿Escuchaste lo que dijo?
-¿Eh? Ah si, lo escuché. Y creo que será mejor que busquemos
a Dobb y le contemos.
-Igualmente, la hipótesis del asesino éste ya se cayó –Dobb arrojó
sobre su escritorio la foto del sospechoso –Lo teníamos encerrado cuando pasó
lo de Deppart. De modo que no es él.
-Quizás no sea él ésta vez, pero si las anteriores –dijo George,
-Eso es lo que estamos tratando de averigüar....Pero ante la
ausencia de pruebas que lo culpen, no podemos tenerlo detenido. Y él, obviamente,
niega todo. –soltó un suspiro de resignación –Estamos parados en el mismo lugar
de antes, no sabemos nada.
-Lo de las inscripciones no lo sabe nadie, ¿no? –preguntó John
-Quédense tranquilos, salvo los investigadores, nadie lo sabe.
La prensa no se meterá en esto. Ni siquiera saben lo del cuadro de Deppart.
-¿Sabe, Dobb? La mujer habló de una chica, y hoy vimos en esa
galería a la chica esa.....a la que usted le hizo unas preguntas cuando
mataron a la vieja.
-Ah si, la que dijiste que tenía nombre raro.
-Si, esa.....Al parecer es pintora, y estaba ésta tarde en
la galería.
-¿Ya qué hay con eso? ¿Crees que sea la chica de la que habló
la mujer?
-No. Mejor dicho, no
lo sé. Chicas hay muchas.....Ay, todo esto es muy confuso.
-Bien, ubicaremos a esa anciana, es una testigo importante.
-Pero dijo que no ve bien....
-¿Y eso que tiene que ver, George? –preguntó un poco
exasperado.
-Al no ver bien, no sabe cómo es la chica.
-No te preocupes, se la haremos recordar.
-Oiga no golpeará a la anciana para que diga todo lo que
sabe, ¿no? Porque así hacen en Estados Unidos....-dijo John.
-No, no haremos eso, y ya dejen de mirar películas.....
Apagó la radio con furia. El maldito al que habían
encarcelado había sido liberado, y se abriría la investigación otra vez. Y lo peor
era que muchos estaban ocupándose de Deppart, entre ellos el propio gobierno
francés.
-Maldita sea –dijo en voz alta -¿Por qué no pude elegir uno
común y corriente, como los otros? Éste me está complicando las cosas, todo
porque era famoso. Y ahora esa vieja de la galería....Sé que me vio con él, y
por algo ésta tarde habló con Harrison y Lennon. Ellos están contactados con la
policía, lo sé.....Sino, no hubiera venido con el inspector cuando ocurrió lo de
la otra vieja.....Ay, ¡cómo odio a las viejas! –de la bronca golpeó, contra la
mesa, el vaso que tenía en la mano, lo que hizo que se partiera y la lastimara.
Pronunciando muchas maldiciones, se vendó, mientras tomaba
una decisión, llevar a cabo un plan que debía salir perfecto: se presentaría
voluntariamente a hablar ante la policía.
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Sí, sé que es un capitulo muy corto, pero ando con un poco de crisis inspirativa (?
Además, algunas cosillas que iba a poner en éste, me las reservé para el próximo, porque sino cortaba la emoción jajaja
Bueno, espero sepan comprender. Ah, y perdón por la tardanza en subir.
Cada vez está mejor *djskalfkdlañ* *_*
ResponderEliminarAdoro a Mélisande, me suelo encariñar con el malo de la historia 3=)
Sí está algo cortico pero bien fundamentado :D
Y como siempre lo digo "el capítulo estuvo genial" Me hice repetitiva pero pues no tengo nada más que decir, amo esto carajo!! >_<
El otro cap se ve muy prometedor wujuu lo esperaré ocn ansias.
Abrazos! ^^
Ay, ay, ayyyyy! Esta Mélisande es demasiado lista, demasiado! Qué pretende hacer ahora presentándose ante la poli? Dios! Cómo sabe que si va de buena y colaboradora nadie sospechará de ella! Espero que Dobb haga bien su trabajo y no se trague el cuento chino de la "que viene aquí ayudarnos"...
ResponderEliminarBueno, bueno, bueno... Como siempre el capi me encantó. Joder (perdón por el taco), cómo me mola esta historia! Y de cada vez está más interesante! Cuando te leo es como si estuviera viendo una peli de suspense, de esas en las que se pasa mal, de esas en las que suelo gritarle al actor de turno "gilipollas!!! El asesino es él! Te van a matar!!". Y eso me pasa precisamente con esta nove. Que me dan unas ganas de meterme ahí y darle un grito al Dobb este que le reventaba el tímpano! XD
Bueno, el capítulo. Vamos a destriparlo, como la buena de Mélisande seguro que hace algún día con alguien... jajaja. Entiendo a la asesina... Debe ser gracioso estar tú matando al personal y leer que tienen detenido al que supuestamente lo ha hecho... Pero que no se fíe... A veces lo hacen adrede para que el asesino de verdad se confíe y cometa un error... (sí, lo sé, he visto demasiadas películas, como Lennon, que cree que van a ponerle un flexo en la cara a la pobre vieja y le van a golpear con un puño americano al grito de "habla, vieja estúpida y ciega!" jajajajaja). Siguiente... Tengo la sensación de que alguien se va a quedar sin casero. Que oye, es para pensárselo. Yo soy asesina, le debo dinero al amo del piso donde vivo y encima éste me lo viene reclamando... Pues mira, igual me lo cargaba... Y mientras se aclaran los herederos y tal, pues unos mesecillos que te tiras viviendo gratis... jajajajajjajajjajaja.
Ay, la galería de arte. Te juro que casi mato al bueno de George. Yo soy John y lo saco de allí a rastras, aunque tenga a la abuela enganchada a su brazo hablándole... XD Pero bueno, por lo menos se han enterado de una información muy sustanciosa y se la han contado a Dobb... Y Lennon ya empieza a sospechar por el camino adecuado. La putada es que Mélisande les ha reconocido (esta chica tiene un radar beatle, sin duda, jajaja) y la jodida ya se está preparando una estrategia...
Ay, que nervios, que nervios, QUE NERVIOS!
Quiero saber YA qué va a pasar!
Dedícate a escribir novela negra, crack.
Saludos!
Ay! Lo bien que escribís es increíble. Me encanta! Ya quiero leer el otro, me da mucha intriga esto!
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