Llegaron al estudio, bajaron de sus coches, y se miraron. Poco les importó que las fans estuvieran rodeándolos, lo que querían era asegurarse que los cuatro habían visto lo mismo. No precisaron palabras, sólo asintieron y entraron.
–Llamá ya, pero
ya, a Brian. –le ordenó John a Paul. Él le obedeció sin chistar, sabía que John
tenía razón, había que informar enseguida sobre lo que habían visto.
–¡Lo logramos!
Sooomos genias somos genias somos geniaaaas –cantó Chloe mientras conducía.
–Pobrecitos, sus
caritas de susto…Pero bien dicen que el fin justifica los medios.
–Además en unos
días olvidarán el trauma, supongo que no serán tan gallinas de estar muertos de
miedo por lo que hicimos, ¿no?
–No, para nada, son
valientes, estoy segura.
Chloe dobló
rápidamente y entró por al camino de la casa, hasta meter el coche dentro de
uno de los garages, pensando en que debía deshacerse pronto de ese auto y del
auto que habían usado para robar el banco. De pronto, tuvo una gran idea.
–¿De qué te reís
tanto? –John le arrebató el auricular a Paul. Estaba indignado, Brian sólo se
reía de lo que les había sucedido.
–Están paranoicos,
seguro eran un par de fans.
–Las fans no
hacen eso. –replicó, más serio que nunca–Las fans se nos tiran encima, lloran,
se arrastran, gritan, se arrancan los pelos. No pasan con un auto delante nuestro
disfrazadas del KKK y nos miran amenazantes.
–Sería una
simple broma. ¿Desde cuándo son tan gallinas? La gente se enterará y comenzará
a gastarles bromas porque sabrán que se asustan con cualquier cosa.
John colgó con
un golpe.
–¿Y? –preguntó
Paul.
–Nos dijo
gallinas.
Sobre la mesa
quedaban muchos platos vacíos y dos botellas de vodka: una para Dimitri, y otra
para las chicas.
–Oigan, ¿por qué
yo sólo tomo de aquella botella y ustedes
de otra? No le habrán puesto veneno, ¿no? –preguntó con voz errática.
–Ay, ¿cómo creés
eso? –sonrió Chloe–Seríamos incapaces. Es que tu vodka es muy fuerte para nosotras.
Miró a Zettie,
esta sonrió y le dio un trago a su “vodka”. En realidad, la botella de ellas
sólo tenía agua, a ambas les gustaba tomar, pero esa noche querían tener
alertas a todos sus sentidos y sabían que un poco de alcohol las descontrolaría.
–Les pasa por
ser mujeres. El triste sexo débil, no aguantan ni un sorbo de vodka. –Dimitri
se tomó de un saque otra copita y la apoyó con un golpe sobre la mesa–Dame más
Zettie, dejá de mirarme con esos ojos de pescado.
Se puso de pie,
pero Chloe le hizo un gesto para que se calmara. Sin decir nada, llenó otra vez
la copita de Dimitri, que nuevamente se la empinó tragándose todo.
–Ahh…este es el
mejor vodka del mundo, directo de la estepa rusa. ¿Alguna vez fueron a Rusia? Deberían
ir, es…
–Dimitri tenés
que hacernos un favor. –Chloe lo interrumpió, estaba harta de escucharlo.
–Cualquier favor
les haría a dos muñecas como ustedes. No son como las rusas, que son bien
rubias y altas, y pechugonas, pero no están mal. ¿A quién mato?
–A nadie, sólo
debes hacer una llamada.
–¿Llamada? Si es
a los Estados Unidos la haré con gusto, les diré que llegaremos antes a la
Luna, que haré volar su estúpido país, y que todo el mundo será ruso.
–No es a los Estados
Unidos, es aquí, a Londres.
–Vaya, qué desilusión.
Llamada de corta de distancia, pues. –soltó una risita y se sirvió más.
Zettie agarró el
teléfono que estaba sobre un mueble cercano y lo puso delante de él con un golpe
tan fuerte que le arrancó un pequeño “ring”.
–Es una llamada
importante. Dirás esto.
Dimitri agarró el
papel que Zettie le tendía. No podía distinguir bien las letras así que comenzó
a reírse.
–Si va a estar
riéndose se darán cuenta que está borracho y creerán que es una broma. Así no
podemos.
Chloe sólo asintió,
comprendía bien la preocupación de su amiga. Vio a Dimitri, que seguía riéndose
de vaya a saberse qué, hasta que escuchó un “click” que conocía muy bien.
Levantó apenas la vista, vio a Chloe con un arma apuntando directo a su frente.
–Dejá de hacerte
el idiota o esta noche dormís en el Támesis.
–E…es…está bien.
–parecía que la borrachera se le había pasado en un instante–¿Qué hago?
Con un
movimiento de cabeza, Chloe le señaló el papel que había dejado en la mesa.
Zettie marcó el número y le pasó el auricular a Dimitri.
–¿Podrías…bajar
el arma? –suplicó.
Sin decir nada,
Chloe se la calzó en la cintura. Dimitri temblaba con el auricular en la mano,
no distinguía bien las letras porque tampoco sabía leer bien, pero sabía que
cualquier error le costaría caro. Lamentó estar tan mareado como para ni
siquiera poder sacar su propia arma.
El tono sonó
varias veces hasta que al fin alguien contestó al otro lado.
–¿Señor Epstein?
–leyó Dimitri–¿Brian Epstein?
–Sí, soy yo.
–Quería decirle
que nos gusta mucho su banda, esos cuatro chicos. De hecho, nos gusta tanto que
los mataremos a todos.
Dimitri tembló
una vez más al leer eso. Se hizo un silencio, Chloe y Zettie pegaron más sus orejas
al auricular. Se oyó una fuerte respiración.
–¿Quiénes son?
–Personas que ya
no quieren oir más a esos cuatro herejes. Que no se cuiden mucho, no servirá de
nada.
Dimitri vio que
ya no había nada más escrito en el papel y colgó.
–¿Quiénes son
los cuatro herejes?
–Nadie. –sonrió
Zettie, sirviéndole más–Lo hiciste muy bien.
–¿Y qué gano yo
con esto?
–El vodka que te
estás tomando, que bastante caro salió. ¿Acaso no sabés hacer un favor?
–No. Quiero algo
a cambio.
–Te daré un auto.
Es un Porsche amarillo, lo conocés.
Zettie la miró
sin comprender. Chloe se acercó a ella, y le susurró.
–Es la única
forma de sacarme ese auto de encima, si lo vendo nos pueden descubrir. Y si
buscan el auto, encontrarán a Dimitri.
–Pero él puede
decir que vos se lo regalaste.
–Por
favor…¿quién le creería a un ruso indocumentado que quiere volar los Estados Unidos?
Se volvieron a
mirar a Dimitri, que tomaba y hablaba sobre lo que haría con el auto amarillo.
Sonrieron.
–¿Y ahora quién
es la gallina?
Todos hubieran
reído pero estaban demasiado preocupados.
–No es chiste, John.
Aunque sin embargo, sigo creyendo que puede ser una broma de muy mal gusto.
-Ah claro, que
nos quieran matar a los cuatro ahora es una broma.–dijo George–Es una amenaza
bien clara, lo que pasa es que no la querés ver.
–De todos modos,
¿por qué nos querrían matar? –preguntó Ringo–Cualquier haría volar a los Estados
Unidos, no a los Beatles.
–Porque somos herejes
y tenemos hartos a un grupo de gente con nuestra música-respondió Paul–Pero…¿ven?
Eso es lo raro, ¿sólo porque están cansados de nosotros nos matarían? No creo que
haya gente tan loca.
–¿Ah, no? Pues
la hay, y para que nos callemos nos tienen que matar.
Brian asintió apagando
su cigarrillo en el cenicero.
–Tanto Paul como
George tienen razón. Parece una reacción desmedida, pero hay gente así.
Esperaremos, si no hay más amenazas,
todo habrá sido una broma. Tengan paciencia, no desesperen.
Chloe despertó,
era tarde pero aún tenía sueño. Sin embargo, la aspiradora de Dolores andaba
cerca y ella odiaba a esa aspiradora, ¿no podía limpiar en otro momento? ¿No
existían las aspiradoras ultrasónicas? Dio vueltas en la cama, pero ya no pudo
volver a dormir. Miró la hora, eran más de las once de la mañana. De suerte acertó a
encontrar sus pantuflas y se puso de pie, rascándose la cabeza. Salió al
pasillo, la aspiradora dejó de funcionar. La maldijo, fue caminando hasta la
habitación de Zettie pero sólo encontró
el revoltijo habitual, no había ni rastros
de la chica. Se llevó por delante una mesita.
–¡Ayyy, puta
mesa! ¡Te incendiaré y compraré otra!
Bajó hasta la cocina
rengueando, llamando a Zettie, y pensando que ese día ya había comenzado muy
mal. Por ningún lado había nadie. Cuando llegó a la sala, se encontró con Dimitri
tirado sobre la mesa.
–¿Pero qué hace
éste acá? ¡Zettie te dije que lo metieras en un taxi y que lo mandaras a la
casa! ¡Zettie!
–Señorita…
Sobresaltada se
dio vuelta, vio a Dolores y su aspiradora maléfica.
–Ah, Dolores, disculpá
esto. –señaló a Dimitri.
–Lo quise despertar
pero habla raro, no sé qué dijo y se durmió otra vez. Aunque parece desmayado.
–No te
preocupes, es…un amigo. Lo llevaré a su casa, ¿viste a Zettie?
–Salió temprano.
Se encogió de
hombros y como pudo levantó a Dimitri.
No hacía ni
cinco minutos que había vuelto a su casa después de llevar a Dimitri a la suya, cuando vio que un auto
rosa entraba lentamente por el camino de piedritas de la casa, estacionaba
frente a la puerta, y de él bajaba un muchacho y Zettie. El muchacho le dio
unas llaves a Zettie, y se fue caminando.
–¿Se puede saber
qué es esto?
–Buen día Chloe,
te presento a…¡mi auto!
–¿Tu qué?
–¡Mi auto! El
último Cadillac recién salido de fábrica, mirá, sentí qué olor a nuevo.
–¿Para qué
querés un auto sino sabés conducir?
–¿Acaso la única
que puede tener siete, sí, siete autos, sos vos? ¿Por qué no puedo tener uno yo?
–¡Porque no
sabés conducir!
–Ay me da igual,
tendré chofer. Miralo, ¡es rosa!
–Ya veo que es rosa…Ey,
no está nada mal…-abrió una de las portezuelas y comenzó a mirarlo por
dentro–Está espectacular. Bien, te felicito. Pero lo usarás sólo cuando tomes clases
y sepas bien.
–Sí, sí, lo que
digas. –respondió lanzando las llaves al
aire y volviéndolas a agarrar.
–Tenemos que hablar
del ruso.
–A ese hay que
matarlo.
–¡No! ¿Cómo se
te ocurre?
–A la larga va a
hablar, contará todo, nos hundirá. Anoche tendrías que haberlo matado,
estuviste ahí nomás de hacerlo. Total, un ruso más, un ruso menos...
–No, no, no dirá
nada, esta tarde le llevaré el auto, si habla nadie le creerá. Ah, y te dije
que lo mandaras a su casa, no que lo dejaras
dormir toda la noche en nuestra sala.
–Tenía sueño, me
olvidé de él.
–Pero tuve que
llevarlo yo, ¡casi vomitó en mi Ferrari! ¿Te das cuenta si hacía eso? Ahí sí
que lo mataba sin pestañear, por suerte me lo saqué de encima tirándolo desde
el auto en movimiento. Se golpeó un poco pero le sirvió para que se despertara.
Y vos, paseándote en un Cadillac nuevo con un muchacho.
–Lo hubieras
visto, es el de la concesionaria, le pedí su número de teléfono.
–No es momento
para andar levantando hombres. Estamos en algo delicado, tenemos que cuidarnos
de todo.
–¿Nuestro plan
habrá funcionado?
–No losé…Es algo
que no lo veremos en la prensa, nadie se atrevería a publicar un titular que
diga “The Beatles amenazados por grupo terrorista” Se desataría una paranoia
colectiva. Anoche Dimitri lo hizo muy bien, a cualquiera asustaría mucho una
llamada así, pero la policía es más dura de convencer…
–Habrá que meter
más presión entonces. ¿Qué tal si secuestramos
a alguno?
–No, no,
secuestro no, eso sería lo último. Otra aparición como la del otro día podría funcionar. Iré yo sola esta vez, para
que se desconcierten.
–¿Y si te pasa
algo?
–No pasará nada,
¿qué puede hacerme John Lennon?
–Dolores, ¿te
gusta mi auto? –Zettie no dejaba de pasearse alrededor del Cadillac. No tenía
nada que hacer, Chloe estaba asustando a Lennon y ella ya se había aburrido de
contar billetes.
–Claro que me
gusta, ¡adoro el rosa!
–Lo mandé a
pintar así, ¿no es genial? Mirá, entrá. –abrió las puertas, Dolores se metió adentro.
–Nunca estuve en
un auto así…
–¿Qué te parece
si vamos a dar una vuelta?
–Pero…¿usted
sabe conducir?
–¡Pfff por favor! La duda me ofende, claro que sé.
–Si es así,
¡acepto!
Llevaba casi una
hora esperando y durmiéndose dentro de su auto. Puso la radio y comenzó a tararear
algunas de las canciones que sabía, pero el sueño la vencía. Recordó a la
aspiradora endemoniada, cuando volviera la pondría en la basura.
De pronto lo vio
salir y caminar por el parque de su casa.
–John, por
Dios…qué lindo sos. ¿Y si me quito esta ropa del cura y me acerco en son de paz?
No Read, calma, tu papel es el de un kukuxklanero.
Puso su mejor
cara de amenaza, pero John no reparó en ella.
–Cierto que es
miope, ¿cómo va a ver a un auto y a alguien que está dentro de él? Iré más
cerca, el movimiento le resultará sospechoso.
Puso en marcha
el auto, avanzó unos metros y se detuvo.
John la vio, pero no estaba segura de que la haya visto bien.
–John, yo
lamento esto, la verdad…
Puso atención en
todos sus movimientos, sacó los binoculares que tenía en la guantera para verlo
mejor. Vio que John entraba a su coche y
salía lentamente de su casa. Al fin la vio, y ella se enterneció con su cara de
susto. Lo siguió unas cuantas calles hasta que dobló y volvió a su casa. El deber
ya estaba cumplido.
Sin embargo, al
llegar, vio humo. Le extrañó, eso no era para nada normal. Entró por el camino
que atravesaba el parque y vio el desastre.
–¡Zettie! –gritó
al salir precipitadamente de su auto.
–Hola…-la chica
la saludó con timidez–Choqué.
–¡Ya veo que
chocaste! –vio al flamante Cadillac estampado y echando humo contra uno de los
árboles del parque.
–Lo mandaré a
arreglar…
–¿Arreglar?
¡Está hecho pedazos! ¡Estás loca, te dije que tenías que tomar clases!
–Pero lo hizo
muy bien, paseamos por el centro y no pasó nada. –Dolores se acercó, sonriendo–El
problema fue cuando entramos.
–Doblé para el
otro lado y en vez de frenar, aceleré. Ay no hay problema, compraré otro.
–Un momento, un
momento. ¿Saliste al centro? ¿Y con Dolores?
–Ehh…sí.
–¡Loca! Mirá si
chocabas a alguien o si le pasaba algo a ella, iba a venir el Sindicato de Sirvientas
y nos dejaría más pobres que nunca. Tendría que echarte de la casa, pero no lo hago
porque la mitad es tuya.
–Perfecto, en
una mitad vivís vos, y en la otra yo. Y se acabaron los negocios.
–Ey, ey, ey, no
te es para tanto. ¿De qué vamos a vivir? Zettie sos muy buena para rob…digo, para
los negocios, pero sos un desastre al
volante. –le sonrió a Dolores, que las miraba extrañada.
–¿Qué negocios
hacen?
–Nada, vos
ocupate de la aspiradora, la tiraremos y compraremos otra.
–Señorita Chloe…¿Por
qué está vestida así?
Se dio cuenta
que aun tenía puesta la ropa del cura.
–Fui a…a una
fiesta de disfraces.
–¡Basta, esto es
demasiado!
John entró agitado
a la oficina de Brian, que lo miró desconcertado y luego miró al Inspector de
la policía.
–¿Qué te pasa? ¿Por
qué entrás así?
–Mirá Brian, vos
dirás que todo es una broma, pero no es así. Había uno de esos de blanco, en la
puerta de mi casa. Me siguió.
–Ya no lo tomo
como una broma, por eso estaba charlando con el Inspector Connor. ¿Estás seguro
que era como los que los siguieron la otra vez?
–Sí, era igual,
pero en otro auto. –se sentó en una silla y le quitó de la mano al Inspector su
vaso de agua.
–¿Era un hombre?
–preguntó éste, mirando a su vaso–¿O era una chica?
–No, no,
reconocería a una chica en cualquier parte.
–Les avisaré a los
demás, para que estén atentos. –Brian levantó el tubo del teléfono–¿Qué haremos,
Inspector?
–Hay que actuar
rápido, la prioridad es que estén bien protegidos. Sé que es muy importante para
ustedes que esto no se sepa, y ponerles una guardia policial no sería discreto,
muchos se darían cuenta que algo pasa. Lo ideal sería que se retiraran por un
corto periodo de tiempo.
–¿Vacaciones?
Eso no estaría mal.
–No me refiero a
vacaciones, señor Lennon. Esta gente tiene contactos en todo el mundo, en
cualquier parte a la que vayan estarán vigilados por ellos, y eso requeriría
más policía detrás de ustedes. Tendrían que quedarse en Londres, cerca de nosotros,
pero a la vez cuidados por gente más especializada, gente que cuide a
personalidades importantes. Deberían quedarse con esas personalidades, no habría
sospechas, estarían cuidados…
–¿Y quiénes
podrían ser esas personalidades? Sé que nadie se negaría a tener a The Beatles
bajo protección, pero creo que deberían ser personas que no tengan problemas ni
conflictos, para que no afecte a la carrera de los chicos.
–Tiene que ser
gente que no sea conocida, lo importante es que nada llame la atención, los periodistas
son muy listos.
Brian colgó,
todo lo que el Inspector Connor decía era extraño pero parecía una buena
solución, sólo faltaba que sus chicos quisieran pasar una temporada con gente
como la que Connor proponía.
–Hay dos
chicas….-continuó el Inspector–Son bastardas de la reina, por lo tanto tienen
la mejor seguridad, y nadie las conoce.
–¿La reina tiene
bastardas? –John rió pero de inmediato se puso serio–Perdón pero suena
increíble…
–Las tiene, sí.
Las conocí en una fiesta...Son educadas, gentiles, tienen mucha clase. Hablaré
con ellas cuanto antes, me parecen la mejor solución.
*******
Volví después de más de un mes, pero volvi! Espero que les guste este capitulo bien loco, les aviso que seguirán más locuras!
Saludos!
Mira que son la 1:00 a.m. y tanto, yo ando riéndome como loca, ese par de chicas son re groovys.
ResponderEliminarOHHH ¡POR FIN PUDE LEER! Siento tanto leer días después pero todo eso de la escuela tiene asfixiado a uno y pues... eso. Este capítulo fue demasiado bueno, y se ve que comienza todo lo intenso así que, te pido pls que subas pronto en cuanto puedas! Tengo que leer qué sucede con esos Beatles (?
En fin, cuídate mucho... espero que estés muy bien.
Besos :-)
Hola hola holaaaaaa! Ya llegó aquí yo de nuevo, a comentar este capi como está mandado, porque ya sabes que una Cloquell siempre paga sus deudas y esto no podía quedar así. Y sí, aunque tú no lo sepas he de decir que en este capi he adquirido una enorme deuda contigo, una deuda basada en las risotadas que me he pegado y en lo bien que, como siempre, me lo has hecho pasar con estas dos ladronas/terroristas temporales de las cuales me declaro su más ferviente fan y admiradora. De hecho, quiero que sepas que ya he iniciado los trámites legales para formar el Zettie & Chloe Fanclub Official y que la cosa ya va en marcha, jajaja.
ResponderEliminarBueno, bueno, ahora sí, que voy a comentarte de verdad, que esto es digno de comentarios, porque si en una escena me reía, en la otra aún me reía más y harás que al final parezca el Risitas en sus años mozos o incluso que lo supere (si te hace ilusión saber quién es el Risitas, mira aquí: http://youtu.be/hYSdVrxnkKA no hace falta que veas todo el vídeo, en los primeros segundos entenderás por qué le llamaban el Risitas y verás a quien me parezco yo escandalosamente cuando leo tus capis). Así que nada, allá voy...
-Buenas tardes, compañeros, aquí en directo, desde el blog de María, les habla la Risitas de Muro. -Cris para por las risas, se está riendo con risa turbadora y asmática durante unos minutos- Tengo aquí conmigo a varios personajes clave en la historia a los que vamos a entrevistar en directos para TeleMeDesorino ( http://youtu.be/c45lK3Z4zMQ). Empecemos por este señor de aquí, con pinta de armario empotrado y que parece extranjero... Usted es el ruso, creo, Dimitri se llama, no?
El ruso no contesta, simplemente pone cara de circunstancia, se vuelve a un lado y empieza a vomitar. De nuevo, el ataque del Risitas vuelve a Cris mientras el ruso está volviéndose de un color verde muy curioso en una persona.
-Parece que el ruso ta borrasho. Qué? Te has pasado con el vodka de la madre Rusia? Y así has de hacer prevalecer el poderío soviético frente al imperialismo estadounidense? Bueno, mejor pasemos a entrevistar a las dos grandes protagonistas de la historia, a las únicas, a las inimitables, a las genias... Zettie y Chloe!!!! Hola, chicas, por lo visto habéis decidido ampliar vuestro negocio y, aparte de dedicarse al hurto, iniciar también una prometedora carrera como terroristas fake... Es muy complicado combinar ambas actividades?
Zettie y Chloe la miran fijamente. A continuación, le dan un empujón, le roban el reloj, el bolso, el móvil, el micrófono con el que estaba haciendo la entrevista y se marchan corriendo. Cris se queda en el suelo sumida en un nuevo ataque Risitas. Fin de la entrevista.
Y bueno, visto que el nuevo formato de comentario-entrevista con el que estaba experimentando, no ha funcionado, casi que me vuelvo a levantar del suelo y reinicio lo mío a la manera tradicional, es decir, diciéndote todas las barbaridades que a mí se me ocurren mientras voy leyéndote... Así que nada, casi mejor que empiezo ya con lo mío...
Bueno, bueno, bueno... Parece que hay un grupo de cuatro buenorros famosos que se ha hecho caca en los pantalones. Bueno, qué pasa? A qué viene tanto miedo? Si no es para tanto, hoooombres! Solamente estáis amenazados por el KKK y ahora os aparecen un par de personas vestidas como ellos mirandoos con cara de "os vamos reventar como una sandía cuando cae al suelo". Es lo más normal del mundo, gallinas, jajaja. Ainsh, pobrecitos, yo la verdad es que me meto en la piel de estos pobres chicos y me daría algo... Encima para que vayan diciéndoles cobardes y demás, jajajaja. Porque sé quiénes son en realidad las terroristas y me mato a reír cuando lo pienso, que si ni estaría llorando de puro nervio, pobrecicos.
ResponderEliminarY que sí, que sois unos gallinas y que no es para tanto hasta que se le quita la tontería al Eppie después de recibir la llamada del terrorista en cuestión...jajajajajajja. Ya te dije que en esa escena iba que me moría de risa, pero es que no hay para menos: el ruso ahí, bebiendo vodka y borracho perdido mientras piensa en cómo acabar con EEUU (muy fan!xD ), y las otras dos esperando pacientemente a que esté muuuuy pedo mientras beben agua para encargarle "la misión". Y vaya qué misión! Al principio, con el Dimitri que también parecía el Risitas hasta que, fíjate qué cosas, se le van las ganas de reírse cuando Chloe le pone una bonita pistola apuntándole a la frnte. Vamos, a eso se le llama motivación en el trabajo, a cualquiera no le sale bien lo que le han encargado con ese método! Jajajajajajaja. Al menos, pese a que se haya tenido que encañonar al ruso, la misión ha resultado satisfactoria y se ha conseguido hacer que también Brian se haga popó en los pantalones y se tome un poco más en serio lo que le dice sus chicos (aunque no, no es ninguna broma, estas chicas no son del KKK, pero no van en broma, señor Epstein. Mejor así, ha de tomárselo en serio porque Zettie y Chloe van muy seriamente a por ellos, jajajajajajaja.
Ah, quería también ratificar la genialidad de estas chicas al escoger cómo van a librarse del coche con el que han amenazado a los Beatles. Ale, Dimitri, toma un regalito por las molestias que te has tomado al hacernos el favor de la llamadita... Mira qué coche tan flamante, para que encima te quejes de las chicas (no tienes motivos, aunque se te tire de un coche en marcha, y lo sabes), y vere a dar una vueltecilla. Eso sí, te recomiendo fervientemente que evites las calles donde pueda haber una comisaría de policía, solo por si acaso... XDD
Otra cosa que quería hacer en este comentario, es felicitar a Zettie por su reciente adquisición automovilística. Hay que ver el buen gusto que tiene esta chica, eh? Mírala a ella con su Cadillac rosa, que parece Elvis Presley, jajajaja. La lástima es que el pobre coche no tiene un destino muy prometedor, pero bueno... Sea como sea, me alegro de que Zettie por fin se haya animado a aprender a conducir y que lo haga relativamente bien (supongo que no hará falta que diga que esto es una enorme indirecta dirigida hacia una personita que yo me sé, jajajaja). Digo lo de "relativamente" porque todo parece que ha ido bien (y ahí ha estado Dolores para confirmarlo, pobre mujer) hasta que ha confundido el acelerador con el freno y... Bueno, digamos que el Cadillac rosa ha merendado árbol. En fin, fue bonito mie tras duró. Ahora que se compre otro y ya está, que mal de dinero no les va a estas chicas con los negocios, jejeje, si total, esto de los coches es como los ordenadores y los teléfonos móviles: aún no te has comprado uno, ya han sacado otro más moderno y más bonito y con más prestaciones. Si es que hay que verlo todo por el lado positivo!
ResponderEliminarY bueno, bueno, el momento clave, Chloe asustando a John. Yo también lo "asustaría", cof cof cof, jajajaja. Y sí, qué quieres qué le haga? Se me haría muy difícil estar ahí y mirarlo con cara de asesina del KKK en lugar de con cara de cordero degollado y babeante. Bueno, con esta descripción de la "intensa" mirada que probablemente le dedicaría, seguramente sí que conseguiría asustarlo, jajajajajaja. De todos modos, un aplauso por Chloe y su profesionalidad, que ha logrado asustarlo bien asustado y hacer su trabajo bien hecho! Y claro, como todo trabajo bien hecho, esto del tema kukluxclanero ha tenido sus frutos. Fíjate que por fin estos pobres amenazados han decidido actuar con lógica y acudir a la policía a demandar el acoso que están sufriendo. Y han tenido la inmensa suerte (no sé si son ellos los que han tenido suerte, pero al menos Zettie y Chloe sí que la han tenido, jajaja) de tropezar con el inspector Connor, de cuya mente iluminada estaré eternamente agradecida! Y es que fíjate, no hará falta que las dos genias sigan con el temita de las amenazas ni nada. Ya no hará falta que hagan nada más porque simplemente esto ha sido más fácil que llamar a la pizzeria para que te traigan una pizza a domicilio: "Disculpe, me puede traer una pizza 4 quesos y 4 Beatles? Sí? Muchas gracias, ahora le doy mi dirección". Bueno, me corrijo, aún es mejor que eso! Sí, porque aquí ni siquiera ha hecho falta gastar en teléfono (siempre está bien ahorrar y más ahora que Zettie necesita comprarse otro coche y tendrán cuatro bocas más que alimentar en casa, y una de ellas, la de George, que vale por media docena, jajajaja). Aquí simplemente se los envían a casa como quien envía un premio sorpresa que te ha tocado en el sorteo del supermercado. Eso es una maravilla! Viva la policía, coño! Por lo menos en este capi, que viva! Jajajajaja. Ahora verás tú qué guay será cuando los chicos vean que tienen más en común con Al Capone que con la Reina, pero eso ya es otra parte de la historia.
Esto se pone al rojo vivo! Interesante interesante! Y se auguran muuuuuuuchaaaaaas risas! Sigue pronto, genia, y no estampes nada contra nungún árbol! :P
Agur!
Eh, se que estoy RE tarde, pero alguien se adueño de algún link de otro fic que seguía y, pues me petó Blogger.
ResponderEliminarMIRAAAAA QUE BUENO, ME ENCANTA!!
Así, nadie sospecha de ellas, nada de nada, y es que me dejaste con ganas de leer más!! Oye porfa publica pronto, que tengo unas ganas de leerte pero impresionantes!!
Perdón el comentario tan corto, pero, ando si ideas en la cabeza xD
Au Revoir!!